Este post podría tener un título diferente, y sería el siguiente: “Como pasar del
dashboard empresario al tablero de gestión …. Y del CRM de marketing a sistemas
de inteligencia de relaciones estratégicas en política.”
En las últimas décadas hemos notado como las tecnologías de gestión han saltado del ámbito privado al ámbito público. No pocas veces mientras brindaba clases o cursos sobre gobiernos electrónico y uso de tableros de gestión, alumnos me han dicho “ah, es el mismo concepto del balance scorecard de una empresa privada”. Y es exactamente eso, un scorecard, un sistema de planificación, seguimiento, monitoreo, y control.
Del mismo modo que la administración pública y el gobierno fueron adquiriendo y adaptando tecnologías de gestión, actualmente está llegando el momento en que en que la administración publica, el gobierno y especialmente las campañas políticas están viendo las enormes ventajas y capacidades de lo que en el ámbito público se conoce como CRM, customer relationship management, o como las llamamos “sistema de administración de relaciones estratégicas.”
Haremos aquí una salvedad, el gobierno o la administración pública, los políticos, no utilizarán el CRM en principio con foco en los “clientes” del gobierno, es decir los ciudadanos, sino en la serie de relaciones que le permiten crear, generar y mantener relaciones de poder.
Hablamos de aquellas relaciones políticas que se establecen para la necesaria e indispensable correlación de fuerzas que surge de la negociación e interrelación para el sano establecimiento de negociaciones que permiten: (i) el establecimiento de planes de gestión y gobierno; (ii) sanción de leyes y reglamentos; (iii) establecimiento de prioridades de política pública; (iv) identificación de iniciativas de servicio público, entre otras acciones políticas.
Una vez identificado el “para qué” (la sana gerencia y negociación entre efectores y protagonistas políticos), definiremos el “cómo”. Y para ello recurriremos a dos ejemplos de casos prácticos en que se puede utilizar la inteligencia de sistemas de manejo estratégico de relaciones.
Un candidato a alcalde en una localidad del interior de un país, busca identificar los principales problemas de su comunidad, así como líderes sociales, que le acompañen en el desarrollo de los temas, tengan contactos con bases de vecinos y participen del armado de una plataforma.
Un legislador nacional busca crear conciencia sobre la importancia de un plan medioambiental de modo de promover en la cámara, una ley a favor del uso de contenedores diferenciados de basura. Debe crear la suficiente conciencia social, que hará a través de una campaña de publicidad publica, pero primero debe ganar adeptos para generar esa conciencia social que le permita tener el fundamento y el respaldo suficiente para pasar la norma. Debe buscar aliados. Para hacerlo, debe conocer a las contrapartes, actores, y protagonistas del medio, desde defensores del medioambiente, hasta periodistas que cubren esos temas; lo mismo que aliados dentro de su partido, de la cámara, los miembros de las comisiones de consulta, asociaciones de vecinos y ciudadanos y ONGs nacionales e internacionales.
Sistematizar el manejo de las relaciones es un punto de partida que puede llevar a un manejo más eficiente de los recursos disponibles y logro de las metas fijadas. Identificar y caracterizar actores clave, desarrollar estrategias y planes de acción para mover la relación con dichos actores, medir desvíos y reformular estrategias y planes, así como evaluar los resultados obtenidos versus los esperados, son todas acciones que con la ayuda de la tecnología se pueden hacer más eficientemente.
Nuestras sociedades están siendo transformadas por el uso de la tecnología, la penetración de las redes sociales, entonces, ¿estamos preparados como funcionarios/dirigentes para tomar partido y ventaja de este momento histórico? Y de ser así, ¿Cómo usarán y que valor les brindará un sistema de manejo de relaciones estratégicas?
