Pages

4 may 2017

Componentes del Valor Público

Luego de mi último post en este blog, recibí varias consultas acerca de cómo medir el valor, y si es relevante en municipalidades (gobiernos subnacionales o regionales pequeños). Por lo que decidí que vale la pena profundizar sobre la medición de valor propuesta por Mark Moore.


En su segundo libro, Reconociendo el valor público”, Moore plantea la necesidad de generar lo que él denomina una “contabilidad de valor público.” Para ello desarrolla a partir del triángulo estratégico (ver imagen) una novedosa tesis: “el valor público se puede medir como se hace en la contabilidad tradicional.”



Imagen 1: El triángulo estratégico de Moore nos muestra la interdependencia de los tres aspectos de la generación de valor público.

Uno de los temas en los que el autor hace mayor énfasis, es que con esta contabilidad se disparan otros procesos dentro de las instituciones públicas y gobiernos, que generan un circulo virtuoso que retroalimenta el gobierno. Ésta dinámica positiva permite revisar, corregir y mejorar la dirección, haciendo una mejor utilización de los recursos disponibles para cumplir la misión del gobierno y agregar el valor esperado por la comunidad.

El postulado anterior se concreta a partir del hecho de que la contabilidad de “valor público” fuerza la caracterización del mismo.

¿A que me refiero con “caracterización del valor público”? A iniciar un proceso de definición y medición de lo que espera la comunidad y lo que valora como resultado de su accionar. Al mismo tiempo, y con estas acciones el gobierno construye apoyo y legitimidad en la medida que la comunidad identifica las instituciones públicas como referentes de lo que necesita y son capaces de brindarle. Por último, ésta dinámica moviliza y guía a la organización para el logro de sus objetivos más eficientemente, brindando una guía para identificar qué objetivos persigue y cómo está desempeñando sus acciones.

En definitiva, es una herramienta que genera valor por su sola presencia brindando información y retroalimentando la acción del gobierno.

Ahora, pasando directamente a cómo se mide el valor en ésta “contabilidad” de valor público planteada por Moore, veremos a continuación que el proceso es idéntico al de la contabilidad tradicional: descontamos los costos al valor agregado.

El formulario simplificado de la contabilidad de valor público se muestra a continuación:




Por un lado, están los conceptos que restan o consumen valor, englobados bajo el título “Uso de los activos de la comunidad y Costos asociados”, donde se pueden destacar los “costos financieros” propiamente dichos, las “consecuencias negativas no deseadas” y el “costo social del uso de la autoridad”.

En la columna de la suma, englobados bajo el título “Resultados valorados colectivamente”, se desataca el “logro de la misión”, las “consecuencias positivas involuntarias”, la “Satisfacción del ciudadano” (desglosado a su vez en “Destinatarios del servicio” y “Sujetos Obligados”) y la “Justicia y Equidad” (también desglosado “a nivel individual en las operaciones” y “a nivel colectivo en los resultados”).

En el vértice de la “Legitimidad y apoyo”, Moore plantea una sola columna, donde se destacan:



Se identifica la “Alineación de la misión con los valores articulados por los ciudadanos”,  la “Inclusión de valores desatendidos con grupos electorales latentes”,  el “Respaldo a los autorizadores formales”, la “Cobertura de medios de comunicación”, el “Respaldo a los individuos en la política”, la “Posición de la organización en el discurso político democrático”, la “Situación de las principales propuestas legislativas y de políticas”, el “Apoyo a la organización” y la “Participación de los ciudadanos como coproductores”.

Por último, en el vértice de la capacidad Operacional, también es una solo columna, donde se identifican:




Donde se identifican los siguientes rubros: el “Flujo de recursos a la organización (Financieros y no financieros)”, los “Recursos humanos” (Incluyendo la dimensión de “Empleados públicos y voluntarios”), las “Políticas operacionales, programas y procedimientos” (con particular detalle en la “Calidad del rendimiento operativo”, el “Aprendizaje organizacional”, la “Asignación de recursos internos” y los “Sistemas de medición y gestión del rendimiento”) y los “Resultados de la organización” (En términos de “Cantidad de productos” y la “Calidad de los resultados”)

Volvamos a las preguntas inicial: ¿Cómo se pueden sumar mediciones que pueden tener distinta magnitud (unidad de medida)? y más importante aún, ¿Cómo hace un “gobierno pequeño” para medir toda esta información?

Con respecto a lo primero, no es simple, siempre se puede intentar llevar todo valor, tanto percibido como invertido, a un valor monetario. Si esto no es posible, se puede mantener un valor en el indicador, como pueden ser el indicador de impacto elegido para dicho accionar o institución que estamos evaluando. Este puede ser “mejor calidad de vida” en términos de menor tiempo de viaje si hablamos de problemas asociados al transporte, mejor salud, en días “ganados” por ausencia de enfermedades si es de un tema sanitario, etc.

En definitiva, no importa lo complejo que pueda llegar a ser el problema de medición, siempre hay forma de manifestar el impacto de la presencia y accionar de las instituciones y gobiernos; siendo a la vez indispensable medir y poder comunicar dicho aumento de valor en la unidad que sea posible y en la magnitud que hemos movido dicho indicador. No es poco común la contabilidad en múltiples monedas, por lo cual, no es descabellado pensar que podemos manejar una contabilidad donde invertimos dinero (pesos, dólares, guaraníes, etc.) y obtenemos días o años de vida para nuestra población objetivo u otros resultados medibles en nuestra comunidad como beneficio para su calidad de vida.

Con respecto a la segunda pregunta, comúnmente hago la siguiente analogía: una avioneta y un jumbo tienen el mismo instrumental, no en cantidad, pero si en términos de las variables esenciales. Desde luego, el Jumbo tiene mucha más tecnología, pero en lo que respecta instrumentos como el horizonte artificial, la “brújula”, el medidor de combustible, son indispensables y están presentes en ambos. Les dejo a ustedes lectores, la identificación de cuáles son esas equivalencias en sus respectivos gobiernos o instituciones.