Si hay algo que caracteriza la Sociedad de la Información y la era de las TIC es que la información realmente está disponible con sólo tipear algunas palabras clave en un sistema, o hacer un click.
Por: Gustavo Flamerich Pérez, MBA.
Las TIC nos han
dado acceso a un cúmulo de información y de contenido, como se ha mencionado en
capítulos anteriores, pero ¿qué pasa con los “indicadores”? A los efectos de
este libro hablaremos de indicadores como números con un sentido, valores que
“indican” un estado de las cosas, un comportamiento esperado, un camino y un
sentido.
Cuando un gobierno
quiere mejorar, quiere atender mejor a sus ciudadanos y ser más eficiente, debe
medir. Cuando mide, la medición es estática, pero cuando decide aplicar
políticas públicas que impacten sobre esas mediciones, el indicador nace y
cobra sentido. Hay un sinnúmero de indicadores comúnmente utilizados por los
gobiernos, entes multilaterales, organismos internacionales, ONGs, etc. para
identificar una situación, caracterizar un momento de la sociedad o simplemente
comparar dos poblaciones, regiones o países.
Las TIC han dado
un nuevo sentido a la medición de indicadores porque nunca fue tan simple
acceder a información que permita construir dichos indicadores. Lo que en el
pasado pudo haber sido un dato en una carpeta del escritorio de un funcionario,
hoy seguramente está en la red, hay un responsable de medir el dato y con
suerte ese dato está actualizado.
Los indicadores
sirven para determinar el estado de una situación, una vez determinado ese
estado, se debe identificar donde está el valor ideal e identificar la brecha.
En ciertos casos la brecha será imposible de subsanar, pero se pueden plantear
pasos intermedios que acerquen el valor real a ese ideal. Lo importante es
contar con un rumbo, un objetivo que sea medible y observable, que se pueda
verificar objetivamente y permita el establecimiento de políticas públicas para
impactar sobre ese indicador.
La transparencia
como parte de la democracia digital, se compone de acceso a la información
sobre ejecución de planes, objetivos y contrataciones, pero poco se habla de lo
que los indicadores pueden mostrar del estado de la gestión. Una gestión
transparente que fije indicadores de resultado y desempeño, y que haga
seguimiento de los mismos y publique dichos resultados, logrará un nivel de
transparencia que supere los estándares. Hay algunos ejemplos de indicadores en
América Latina, gestión basada en resultados y publicación de indicadores, pero
sin embargo aún son una minoría frente a los que no publican dicha información.
Los gobiernos
deben hacer hincapié en la medición para plantear políticas públicas que
impacten sobre los indicadores, de otra forma, es muy difícil comunicar a sus
ciudadanos si se está cumpliendo o no con las expectativas. Un Gobierno que
aplique una buena política de comunicación y cuente con indicadores favorables,
puede tener grandes ventajas a la hora de convencer a sus electores una
renovación de mandato.
Indicadores
de Impacto y de Gestión
Los indicadores a
los que nos referimos en este libro se pueden dividir en dos grandes grupos,
indicadores de impacto o resultado e indicadores de gestión. Como sus nombres
indican, el primero tiene por objetivo medir el resultado o impacto de la
gestión, el segundo, la gestión misma. A continuación, se detallan brevemente
cada uno de ellos.
Los indicadores
de impacto o resultado son producto de la medición del sinnúmero de variables
sobre las cuales impactan las políticas públicas. Claro está, cada gobierno
seleccionará los indicadores que quiere medir en función de los objetivos que
se plantee, completando de esa forma el círculo virtuoso
“medición-planificación-ejecución-evaluación”. Es así que un indicador de
impacto o resultado identifica la brecha a cubrir, el plan define los pasos a
seguir para cubrirla, la ejecución pone en práctica la planificación y la
evaluación mide si se logró el resultado, que es nuevamente un indicador con
una brecha.
Para facilitar su
trabajo, los indicadores generalmente se categorizan y clasifican por áreas y
sectores, puesto que están asociados a variables que un sector particular puede
impactar. Habrá entonces indicadores de salud, educación, económicos, de
desarrollo, entre tantas posibles clasificaciones. Lo importante es definir
cuáles son los indicadores que se medirán y fijar el rumbo para impactarlos.
Cuando se definen
los indicadores o se hace el trabajo de definir los indicadores que más
representan las necesidades insatisfechas de la comunidad; generalmente se
encuentra que los indicadores de impacto son conocidos por los planificadores
de la gestión, pero no siempre son utilizados como elementos objetivos de
medición de los resultados de la aplicación de las políticas. El reto de los
responsables de la gestión es definir objetivos que impacten sobre los
indicadores y así mostrar resultados concretos mediante el seguimiento de su
variación a través del tiempo, permitiendo evaluar mejoras/desmejoras,
proyectar y predecir comportamientos.
Los indicadores
de gestión son el resultado de medir la ejecución de planes, programas y proyectos
por parte de las diferentes dependencias. La medición de cómo se está
desempeñando el gobierno o un área en particular, es de gran importancia para
mejorar la calidad de la gestión pública.
Los indicadores
de gestión tienen como objetivo ayudar al funcionario/responsable en la
verificación de la ejecución, brindando información de cómo se viene
desempeñando la misma.
Los indicadores
de gestión ayudan mediante información resumen a detectar desvíos, retrasos e
incumplimientos, pudiendo así aplicar correctivos y/o reprogramar actividades,
etc.
Si vemos los
indicadores antes mencionados, podemos llegar a que los indicadores de impacto
son el qué se quiere obtener y los de gestión el cómo se están obteniendo. La
combinación de ambos, impacto y gestión le puede dar al responsable de la
gestión una información vital a la hora de evaluar la gestión, donde el “qué” y
“cómo” viene dados por los indicadores. Ahora bien, monitorear sistemáticamente
la actividad del gobierno no es (o por lo menos, no ha sido hasta ahora) una
necesidad de los gobernantes. Pero ciertamente lo es para aquellos que quieren
mejorar la ejecución de la política pública, lograr mejores resultados con
menos recursos, resolver a tiempo las necesidades de la población, etc. Como se
indicó anteriormente, nunca antes se tuvo tan fácilmente la posibilidad de
obtener información de los sistemas, comunicar diferentes aplicaciones, bases
de datos, etc. La tecnología de Información ha alcanzado un grado de madurez
que permite a un gobierno que quiera mejorar la calidad de la administración
herramientas para planificar y predecir el impacto de la políticas públicas,
monitorear la ejecución y medir la calidad de la ejecución y medir los
resultados de la aplicación de las políticas en la población, llevando un
seguimiento de toda esa información en sistemas informáticos que permitan a los
responsables del gobierno información valiosa para la toma de decisiones en el
quehacer de la gestión. En consecuencia, es una decisión política y no técnica,
la adquisición y uso de sistemas de Control de Gestión en el gobierno. En el
capítulo siguiente procederemos a describir algunos de los más usados en la
actualidad por gobiernos en la región.