En la sociedad de la híper-interacción actual cada vez se usa más internet sobre dispositivos móviles y menos sobre computadoras de escritorio.
La sociedad de la
híper interacción tiene varias características propias como son la relación
social mediada absolutamente por dispositivos electrónicos, el acceso a
información exclusivamente por medios electrónicos, la interacción en redes
sociales y el uso de múltiples pantallas.
Algunos autores
dicen que menos del 1 % de los usuarios de internet del mundo acceden a la red
diariamente para crear valor, contenidos, información y conocimiento. ¿Es esto
malo? ¿Es esto bueno?
Ni lo uno ni lo
otro. Hay autores que sostienen que vivimos en la era de la abundancia de
contenido. Pero en realidad no es así. Lo que tenemos a nuestra disposición en
la actualidad es información y datos que, desarrollados de una manera
determinada se vuelve contenido con mucho valor. Según estadísticas de la red
social YouTube[1], cada mes, los usuarios
ven más de 6 mil millones de horas de vídeo, y cada minuto se suben 100 horas
de vídeo a YouTube. Eso quiere decir que en menos de dos meses aproximadamente
se produce lo mismo que ha realizado toda la industria fílmica de Hollywood en
60 años!
En Facebook, el
usuario promedio crea 90 piezas de contenido cada mes, y esto quiere decir que
los 800 millones de usuarios registrados desarrollan prácticamente la mayor
cantidad de registros de cualquier sitio web del mundo. En este universo de datos nuestra tarea como
líderes sociales está en encontrar el valor de la información, transformándola
así en contenido y dándole un sentido de “calidad” de información.
Es importante
comprender que el “contenido crea vínculos” y que el contenido que creamos es
la manera en que nos relacionaremos con el resto de los miembros de nuestra
comunidad. Creamos contenido de la misma manera que desarrollamos relaciones
humanas. Tenemos una idea de lo que queremos trasmitir, o tenemos la
experiencia de haber vivido algo que queremos contar y compartir. En ésta creación
de vínculos analizamos y consideramos qué es de interés para nosotros y para
los otros. Para ilustrar este punto, el informe de uso y acceso a los medios en
Estados Unidos de la empresa EMarketer[2]
nos muestra que en 2009 el 45% miraba televisión pero en 2014, ya ese porcentaje
había descendido a menos del 5%. Para una análisis detallado del consumo de
medios en América Latina recomendamos acceder a los reportes de Latin Link.[3]
Y para quienes están además interesados en el impacto que los hispanos tienen
en los Estados Unidos, el reporte de Nielsen dan datos actualizados sobre el
segmento de latinos que representa “una
fuerza de 52 millones, (…) con un poder de compra de $1 trillón1 de dólares en
2010 y $1.5 trillones para 2015.”[4]