En diciembre de 2015, el grupo de expertos sobre indicadores
para el desarrollo sostenible (IAEG-ODS) presentó su informe a la Comisión de
Estadística de las Naciones Unidas (CSNU). De los 231 indicadores propuestos para
los objetivos de desarrollo del milenio (SDG), 151 están bien establecidos y
muchos organismos estadísticos ya brindan informes sobre ellos. Los otros 80
indicadores requieren más investigaciones y discusiones en profundidad.
Uno de los mayores desafíos a la hora de alcanzar los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es determinar dónde nos encontramos en
el camino hacia el cumplimiento de ellos. Para medir el progreso, se requiere
un punto de partida, un estado inicial, así como algunos medios para medir
hasta dónde hemos llegado y cuánto tiempo se tardará en llegar a la meta.
Necesitamos indicadores a lo largo de todo el ciclo de las
políticas SDG. Los indicadores son clave en informes y evaluaciones del
progreso en materia de desarrollo sostenible, si queremos datos que nos sirvan
para una rendición de cuentas a nivel local, nacional y mundial para los
compromisos de los ODS requieren. Además, estos indicadores deben
presentarse de una manera en que los funcionarios y los ciudadanos en general
puedan comprenderlos si queremos alinear los resultados en formas útil e
informativa.
En pocas palabras, tenemos que poder contar las mismas
cosas, de la misma manera, para medir con precisión nuestro progreso.
En cuanto a este gran conjunto de diversos indicadores se
plantea una pregunta crucial: ¿Qué principios y criterios compartimos en común,
en los cuales podemos construir un consenso sobre lo que es necesario medir y
cómo?
En primer lugar, los indicadores tienen que ser manejables,
capaz de ser monitoreados y reportados en forma regular. Incluso en los países
más ricos con la capacidad institucional más significativa, la obtención de
datos y la elaboración de informes sobre muchos indicadores puede ser
técnicamente difícil y costosa. 150 indicadores son demasiados. Debemos
comenzar con un conjunto básico de indicadores indispensables.
En segundo lugar, los indicadores deben ser relevantes para
las prioridades de desarrollo sostenible en su contexto particular. La
relevancia debe ser acordada por los gobiernos, los organismos de estadística y
las partes interesadas que participan en la implementación de un las políticas de
desarrollo específicas y sus objetivos. Se han realizado importantes avances en
el ámbito de la ONU, pero será difícil de reproducir por los desafíos que
presentan las instituciones estadísticas locales de cada país.
Tercero, los indicadores deben controlar los cambios reales
en el tiempo. Deben ser indicadores de "estado", que miden la
evolución de los recursos.
En cuarto lugar, cuando los indicadores del estado de desarrollo
de los ODM no están disponibles, debemos ser capaces de utilizar servidores
proxy para medir las actividades de gestión, tales como el uso de prácticas
sostenibles; políticas para regular la gestión de los recursos; la asignación
de los recursos financieros; y las estrategias para la reducción del riesgo.
Estos tipos de indicadores también pueden ayudar a fomentar acciones
específicas apuntando directamente a lo que aún queda por hacer.
En quinto lugar, y por último, los indicadores deben cubrir
todas las dimensiones clave de un amplio marco de desarrollo sostenible. Los
ODS reconocen la importancia de la gobernabilidad y la cultura, y no
simplemente las condiciones socioeconómicas y ambientales. Por ejemplo, en la
actualidad no existen indicadores de estado para el objetivo de desarrollo número
10 ("Reducir la desigualdad dentro y entre los países"), ni el 12 (
"Garantizar los patrones de consumo y producción sostenibles") y el
13 (“Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos").
Para la evaluación del progreso en estas áreas será necesario alcanzar un
consenso en torno a los indicadores cualitativos que son aplicables en
diferentes contextos culturales.
Dada la pequeña ventana de tiempo que tenemos para lograr
los ODS, es imperativo que se haga un esfuerzo concertado para ponerse de
acuerdo sobre todos los indicadores necesarios para medir nuestro progreso a
nivel local, nacional y mundial.
Cuando la respuesta a esa pregunta persistente "¿ya
llegamos?" es "no", debemos ser capaces de dar una respuesta,
además, que le permita a nuestra audiencia saber cuánto tiempo tardará y a qué
velocidad y dirección estamos viajando actualmente.
Fuentes:
Danish Institute for International Studies, DIIS. Using indicators to
encourage development. Lessons from the millennium development goals